“Es que yo soy así…”

No. Nuestro cerebro es neuroplástico, y no existe tal cosa como “soy así y punto”.

Cuando nos sentimos atrapados o sin poder, solemos usar esa frase: “es lo que hay, soy así”. Yo misma la repetía cuando estaba bloqueada, casi como si fuera una medalla que justificaba mi manera de ser. Me dejaba en un lugar muy cómodo, sin responsabilidad ni poder.

Con el tiempo comprendí que decir “yo soy así” mata toda posibilidad de cambiar y crecer. Es una sentencia que solidifica el cerebro en lugar de permitirle mantenerse plástico y flexible.

El cerebro es asombroso: tiene la capacidad de crear nuevas conexiones que nos permiten aprender, adaptarnos y evolucionar. Viejos patrones de pensamiento, conductas o formas de afrontamiento pueden cambiar, por más tiempo que los hayamos arrastrado.

Esto no es solo esperanza: es la base científica que explica por qué podemos transformar nuestra salud emocional, mental y física. Es un recordatorio de que tu cerebro no está condenado a repetir siempre lo mismo, sino que puede renovarse continuamente, dándote la posibilidad de construir una vida más plena, donde tu manera de ser se elija y esté en sintonía con tus valores.

En lugar de encerrarnos en una definición limitada de quiénes creemos que somos, el primer paso es acercarnos con curiosidad y preguntarnos: ¿Por qué soy siendo de esta manera ahora mismo? Sin juicio, como un observador presente.

Anterior
Anterior

Ampliando la mirada

Siguiente
Siguiente

Puertas a la contemplación