Puertas a la contemplación

Hacer terapia es una gran herramienta, pero sirve de poco si entre sessión y sessión no hay integración ni practica. Es como solo comer una vez a la semana o . Los cambios necesitan de presencia, y la presencia es un musculo que se entrena con practica. Puede empezar siendo una vez al dia sentandote a meditar 10 minutos por la mañana o escribir en tu diario antes de irte a dormir. Con la practica esos espacio de presencia se expanden y te encuntras a ti mismo trayendote al presente en nuesvas situaciones; mientras vas de camino al trabajo te das cuenta de la pelicula que está en tu cabeza, cuando paseas decides

Y de mil formas diferentes, cada uno con sus expresiones.

Hoy os dejo unos ‘prompts’ para reflexionar:

  • ¿Qué parte de mí desea ser más vista, más conocida?

  • ¿Qué he estado evitando y, en el fondo, ya estoy listo/a para mirar o sostener?
    ¿Cómo sería acercarme con valentía a lo que antes me resultaba más fácil ignorar?

  • ¿Qué doy por sentado que “es así y punto” pero en realidad ya no tiene por qué seguir siendo de esa manera?

  • ¿Qué deseo estoy minimizando o negando por miedo a lo que otros puedan pensar?

  • ¿En qué áreas de mi vida me estoy conformando con menos de lo que realmente necesito?

  • ¿Qué estoy intentando arreglar que en realidad no necesita (ni quiere) ser arreglado?
    ¿Qué podría estar pidiéndome en verdad?

  • ¿Cómo está mi ritmo?
    ¿Dónde podría sostenerme el ir más despacio?
    ¿Dónde podría impulsarme el ir un poco más rápido?

  • ¿Qué conversación pendiente me permitiría sentirme más libre y auténtico/a?

  • ¿Qué semilla pequeña podría plantar hoy que, con el tiempo, cambiaría la forma en que vivo mi vida?

  • ¿Qué pasaría si me trato a mí mismo/a con la misma ternura con la que trato a quienes amo?

  • ¿Qué estoy haciendo en soledad que en realidad me invita a compartir con otros?
    ¿Qué estoy haciendo con otros que en verdad me pide un espacio de intimidad conmigo mismo/a?

  • ¿Qué estoy olvidando?
    ¿Qué quiero recordar?
    ¿Cómo podría traerlo de nuevo a mi conciencia?

  • ¿Qué parte de mi historia anhela ser honrada en lugar de escondida?

  • ¿Dónde estoy confundiendo control con seguridad?

  • ¿Qué emoción me está pidiendo espacio para expresarse sin juicio?

  • ¿Qué verdad he estado fingiendo no saber?
    ¿Qué partes de mí necesitan cuidado para poder recibir esa verdad con más presencia y compasión?

Estas preguntas son puertas para adentrarnos a partes de nosotros que no solemos visitar, pero que no se quede solo en la mente, en la idea, en el lenguaje. No hagamos un “cuento” de las respuestas, baja al cuerpo. Siente la sensación, quedate en presentacia.

Anterior
Anterior

“Es que yo soy así…”

Siguiente
Siguiente

Como es adentro es afuera